Se puede morir sin dejar de
respirar
se puede volver realidad un sueño
se puede estar en la línea entre la luz y la oscuridad
y a veces… es necesario…
cerrar los ojos… para despertar.
Mis
pasos resonaban conforme corría más y más rápido, apenas
había terminado de
llover y la ciudad entera estaba encharcada. Dí
un pequeño resbalón, mis
piernas estaban heladas, el viento era
frío
(...)
Continué
corriendo en busca de ayuda, mientras mis pies hacían
saltar el agua de las
encharcadas calles empedradas, en busca de
ayuda, en busca de alguien que me
proporcionara los medios para
regresar a mi casa a ayudar a mi familia, cuando
lo vi… alto, de
apariencia gélida y penetrantes ojos rojos, no podía creer que
ese
rostro fuera el mismo del muchacho tierno de ojos azules que
usurpó mi
reflejo pidiendo encontrarme
-Te en-con-tré – me dijo con la misma voz serena y aterciopelada.
Mi
respiración se aceleró y eché a correr en dirección opuesta,
resbalando por
poco nuevamente, pero él me interceptó de
inmediato- No, no, no, Soleil… las
únicas que corren y huyen de
mi, son mis presas y tu… no eres una presa. –
escarbé en mi
interior para hacer resurgir mi usual hostilidad, la necesitaba
en ese
momento. Traté de golpearlo, pero en un solo movimiento me
detuvo en
seco, se colocó detrás de mí y me tomó por los hombros-
¿quieres jugar?- se
relamió los labios al escuchar mis
gritos
cuando
enterró sus gélidos dedos en la piel de mis hombros y antebrazos,
podría jurar que eran picahielos los que habían atravesado mi piel y
parte de
mi carne, comencé a sangrar de forma
abundante ....
¿Quieres leer más de El sol Oscuro?, visita mi perfil en
megustaescribir.com
http://megustaescribir.com/autor/12817/rebeca-mora