El más pequeño está en mi estómago, ya que siempre tengo hambre y se me antoja justo lo que no puedo pagar. Este hueco no me preocupa, a final de cuentas la crisis ha sido superada ¿o no?... entonces ¿Por qué este hueco sigue ahí?
Si he pecado de gula, Dios... tú has sido un bastardo.
Después de una vida hambrienta, ingeriré todo hasta morir satisfecha.
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